Bestias de ciudad de Cocó Cecé es una postal de catarsis emocional
Por Nalely Pérez
Al mudarse a la capital, Coco Cecé se encuentra cara a cara con los monstruos de la urbe. El idilio con el que pensó se encontraría al arribar se desdibujó y ante la imposibilidad de trabajar como guitarrista debido a su minoría de edad, sintió una precoz melancolía y abandono que no pudo sino sublimar en una entrega de canciones que conformaría su EP debut: Bestias de ciudad.
Los cinco temas que componen este material, ya disponible en plataformas digitales, mismo que la oriunda de Juárez, Chihuahua ha podido presentar en vivo un par de ocasiones; es una radiografía con la que probablemente sus coetáneos se identifiquen. Ese es el plan, exponer al público su percepción del mundo, sacarse las espinas que laceran y colocarlas ahí a la intemperie de la opinión pública.
La producción que comenzara en diciembre de 2015, fue grabada en Lambda Estudio y remasterizada por Hanz Mues, quien ha trabajado con figuras como Natalia Lafourcade y Julieta Venegas, con las que Cocó no tiene más en común que la potencia vocal, ya que sus líricas son más íntimas, hecho que puede confirmar cómo la creación artística se constituye para ser un asidero personal y no necesariamente el medio que dé fama y fortuna.
Y, no obstante, Cecé muestra el conflicto que le provoca odiar a los populares y querer serlo. Sus letras son una queja y a la vez la constatación de que la solución es irremediable y que se plantea sólo como enunciado, con el afán único de que quede en actas. Si Marginado habla acerca del bullying no es para exterminarlo, pues éste se mueve por acá y allá en una urbe, sea o no la Ciudad de México, donde el romance es fugaz, como retrata Amor de metrópoli.
La producción, que cuenta con la colaboración de Ricardo Cárdenas (FoeMe) en la guitarra y Alan 7/8 de Real de Catorce en la batería, es una postal de una chica que tiene los mismos problemas que los demás pero que busca por una necesidad natural la expresión y la catarsis, porque de nada le serviría tragarse la depresión. La chihuahuense sabe a la perfección que su temperamento requiere una válvula de escape, su apuesta es la búsqueda de vivencias que coleccionar.
Así es el arranque de la carrera de Cocó Cecé, quien le canta a su pequeña hermana Niki lo mucho que le gustaría estar a su lado. Su propuesta, aunque influida por la pretensión que dicta las formas en las que las cosas deben de hacerse en la actualidad, sea cualquiera el lugar por el que te desplaces, es honesta e invita a no abandonar la libertad de expresión, la cual es de los últimos reductos que le quedan a los atribulados hijos del Tercer Milenio.