Tino el Pingüino, un rapper beatnik que está de vuelta en el lodo 

 

 

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

Fotografías: Luis Omar González

Por Ulises Miguel

Hablar sobre el lenguaje podría ser un diálogo lleno de referencias a Eco, Pierce o Saussure, pero también podría volverse una conversación rimada entre un rapper-beatnik-yonki con samples de Guillermo Fadanelli y Augusto Monterroso… y es justo éste segundo escenario el más adecuado para describir la presentación de Franco Genel en SALA Corona, lugar en el cual nos mostró su nuevo material titulado De Vuelta En El Lodo.

El escritor mexicano (creador de El Lodo) afirma: “yo concibo el mundo casi como una extensión del lenguaje…”, por lo que dicha afirmación  puede ser digna de una disertación filológica o simplemente una apreciación del lenguaje como creador de realidades y escenarios, tanto en lo real-físico como en la poesía, la literatura, el slam poetry y, ¿por qué no?, también en el rap mexicano.

“Me parece que estamos en una época donde existe como un claro padecimiento al autosermoneo, o sea, todos estamos tratando siempre de gastarnos menos feria, de no gastarnos la quincena en la peda, las morras quieren bajar de peso para “x” o tal cosa y está bien, creo que hay algo muy humano y algo correcto en tratar de ser una mejor persona todo el tiempo, pero creo que… digamos que en esta sociedad posmoderna, con la tendencia occidental que se ha creado, de repente la insatisfacción es como más grande de lo que uno se siente a gusto con su pinche vida o con su propia persona”, nos contaba Tino sobre su nuevo material.

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

Es por ello que De Vuelta en El Lodo es una especie de broma donde regresamos a ese lugar del cual pretendemos salir, pero que continúa presente; de esta manera, el lenguaje, o más precisamente, las rimas,  se transforman en un recordatorio de ese mundo del que decidimos tomar distancia para vivir en otra realidad, aunque es casi imposible borrarlo por completo e irremediablemente continúa ahí para convertir todo lo demás en un sueño efímero.

Al finalizar Todavía (Piensa que podría ser peor), segundo track del álbum que escuchamos en SALA, Tino nos ejemplifica aquella fantasía  sampleando un microrrelato trascendente en la literatura latinoamericana: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Por tanto, Augusto Monterroso nos rememora el falso poder del cambio entre la cotidianeidad de un rapper de la Ciudad de México.

Pasando al siguiente track y al siguiente track hasta llegar a Volví A Quedar Mal, Franco Genel armó un relato de lo que es vivir día tras día en la ciudad: ver algo de las hermanas Wachowski para sentirse vergas, leer a Freud, recordar de vez en cuando la dictadura de Pinochet, inhalar resistol, meter unos vergazos, escuchar a Frank Ocean, tener unos lentes estrellados como Carlos Reygadas o el Jesús en la boca.

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

Sin ser el mejor o el peor material de Tino, como él mismo lo afirma, este show en SALA nos mostró una propuesta sonora donde las “citas” tomadas de lo cotidiano nos enseñaron un lado social del rap mexicano, aunque asumir completamente una postura política en cada tema no siempre fue un objetivo imprescindible.

Así es como Franco llegó a este cuarto álbum tras un previo sonoro protagonizado por Gordo Fu y Kooper Kaiser, quienes prendieron el ambiente hasta las once de la noche para después ceder el lugar al acto principal, quien  nos comentó sobre su lanzamiento:

“En lo personal, la primera cosa que me viene a la cabeza, pues es, sin duda, el sentirme muy dichoso de poder seguir agregando capítulos a esta historia… uno empezó con motivaciones muy inocentes, como un mero gusto, como un pasatiempo y digamos, todo lo que ha venido pasando desde hace cuatro años para acá, pues ha sido algo muy sorprendente, algo muy padre… pues te digo, nada más estoy contento de poder seguir haciendo música y bueno, ya sabiendo que hay una fanbase, una base sólida de gente esperando…y aparte esperando con gusto que haya nuevo material.”

En definitiva, fue una noche donde el gusto por el rap fue más allá del código de vestuario, ya que éste fue una manifestación de gustos, apariencias y distintas referencias urbanas, pero ¿quiénes somos nosotros para definir o criticar a alguien por sus gustos o por su cultura? Nos decía Tino, quien también es fan de Bomba Estéreo, The Kills y Flume.