El amor calla lo que el corazón sufre
Por María Fosado
En el mundo existen dos tipos de personas: las que aman sin esperar recibir algo a cambio y las que esperan ser amadas a cambio de lo que dan.
Todos nos hemos enamorado de alguien que nos hace descubrir aquellas cualidades que nunca pensamos poseer o amar a esa banda que juramos que jamás íbamos a escuchar.
Esa persona que nos hacía perder la cabeza y actuar al borde de la locura, con tal de estar en la misma sintonía.
Pero no todo se trata de amor, a veces amar a alguien significa sufrir. Porque el amor también es capaz de callar todo lo que el corazón sufre.
Felicity Jones protagoniza Like crazy, una película dirigida por Drake Doremus en 2011, ganadora del Premio Grand Jury en la categoría a mejor película dramática en el Festival de Cine de Sundance y que además cuenta con la coactuación de Jennifer Lawrence.
Jones interpreta a Ana, una estudiante británica que se enamora de Jacob (Anton Yelchin) con quien decide comenzar un romance.
Durante el transcurso de la película, surgen varias problemáticas que con el paso del tiempo y la distancia que existe entre ambos personajes, deciden separarse y conocer a otras personas con las que terminan saliendo.
Después de una conversación entre Ana y su jefa de trabajo, ésta se da cuenta de que aun ama a Jacob.
Ambos deciden retomar su relación y mudarse juntos, se casan y se dan cuenta de que la monotonía e indiferencia está destrozando su matrimonio.
Like crazy genera un contexto interesante porque pocas veces escucharemos alguna canción durante la película.
La escena en la que la pareja aparece bañándose en la misma regadera, crea un momento de reflexión sobre el presente que están viviendo y a nosotros como espectadores nos hace pensar si el amor sólo se trata de estar juntos, si el matrimonio garantizará que el amor sea más real, profundo o verdadero y sobre todo si ha valido o no la pena una relación en la que la vida sigue rutinaria.
Así sucede en la vida, te enamoras perdidamente, deseas formalizar con la persona, cuando lo consigues te das cuenta de que también existen personas interesantes con las que podrías salir, pero sabes que ya formas parte de la vida de alguien más y ese alguien forma también parte de la tuya; si la relación no era como esperaban, alguno de los dos se aburre y decide marcharse.