El baile de la mariposa y la polilla: entre la inocencia y la perversión
“It’s not a ghost story. The ghost is a metaphor for the past.”
Por Francisco Marín
Beware of Crimson Peak! Es el augurio que resuena en la cabeza de Edith (Mia Wasikowska) desde que el fantasma de su madre, una figura rodeada de humo negro, se le apareciera cuando tenía 10 años; augurio que no comprendería hasta conocer a Sir Thomas Sharpe (Tom Hiddleston) y a su hermana Lucille (Jessica Chastain). Un tormentoso romance entre Edith y Thomas nos llevará a conocer los secretos que oculta La Cumbre Escarlata.
Guillermo del Toro es uno de los cineastas más innovadores e interesantes de los últimos tiempos. Posee una cultura cinematográfica y literaria excepcional que sabe utilizar en sus películas, no a manera de guiños al espectador, sino como parte orgánica de la cinta, es algo que fluye naturalmente en cada cuadro de sus películas, algo que lo ha formado y con lo cual logra consolidar su estilo. Crimson Peak es sin duda el más elegante de sus filmes, está cargado de emoción, plagado de hermosos fotogramas y delirantes imágenes. Justo lo que se esperaba.
Cada elemento de la película se encuentra cuidado a la perfección, nada de lo que aparece a cuadro está ahí por azar, todo cumple un propósito en la mansión de la Cumbre Escarlata; una mansión que tiene vida propia, respira, sangra y esconde secretos, igual que todos los que habitan en ella. Cada paso que damos en Allerdale Hall deja al descubierto fantasmas que rondan junto a los vivos, caminando a la par en la misma realidad; después de todo, los fantasmas son reales y han vivido con nosotros toda nuestra vida.
La atmósfera gótica que rodea la cinta es palpable en el estilo narrativo de la misma, al igual que en el imponente diseño de producción y vestuario que llenan de una obscura belleza la pantalla, dando vida a los recuerdos que atormentan, como fantasmas, la vida de los protagonistas. Un halo de misterio recorre nuestro cuerpo mientras nos internamos cada vez más en la mansión que se derrumba poco a poco, al igual que las mentiras y engaños que cuidadosamente construyeron los hermanos Sharpe. Todo quedará expuesto en un tercer acto electrizante lleno de cambios y penumbras.
La cinta, bañada de metáforas, es una tragedia romántica, una pesadilla a la que cada personaje se ha ido adhiriendo poco a poco, pero de la que todos buscan salir. Un romance que se convierte en un vals agitado, pero al mismo tiempo delicado y elegante; un baile que tarde o temprano deberá terminar y transformarse en el recuerdo lejano de una noche. Los cimientos de la mansión, a los que tanto se aferran los hermanos, parecen no aguantar más; una parte del techo ha desaparecido dejando entrar hojas y nieve al corredor, el tapiz se ha dado por vencido y las polillas se han convertido en la nueva decoración de las paredes.
Crimson Peak nos presenta una constante lucha entre la inocencia y la perversión, el acalorado, pero apasionante, baile entre la mariposa y la polilla. Un enfrentamiento que no terminará hasta que uno consuma al otro. Jessica Chastain sorprende sin duda, con una interpretación sobria, llena de matices, un personaje verdaderamente enervante que rompe radicalmente con todo lo que la actriz ha hecho anteriormente.
Del Toro nos lleva a una cumbre en la que son a los demonios de los vivos a los que hay que temer y no precisamente a los muertos. Una cinta en la que la lucha por el amor toma las riendas del intenso viaje a través de la nieve bañada de sangre que supone pasar por la Cumbre Escarlata.