¿Escuchaba música pop porque estaba deprimido o estaba deprimido porque escuchaba música pop?

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Por Miriam Sanabria Colin

Expuestos a los estímulos negativos diarios y  la constante batalla por la supervivencia, nos enfrentamos a una época cargada de violencia, en la era de la deshumanización donde estamos aislados cada vez más unos de otros, la gente trata de encontrar su valor en el mundo y a esto sumemos la constante búsqueda de la pareja perfecta y las subsecuentes rupturas que vienen a ennegrecer más el panorama.  En algunas ocasiones el remedio perfecto parece ser la música, pero esta no resulta de mucha ayuda cuando de ella recibimos un sinfín de canciones que hablan del sufrimiento, la miseria, el dolor y el desamor,  la mayoría de ellas ligadas a ese género que crece como una bola de nieve sin control, el pop,  y así, yo y John Cusack  nos preguntamos:  “¿Escuchaba música pop porque estaba deprimido o estaba deprimido porque escuchaba música pop?”.

No hay géneros malos sino malos representantes y esto también se puede aplicar al pop, pero  acaso no podemos transitar por el desamor  sin este género musical o necesitamos a alguien que nos recuerde peligrosa y melodramáticamente “lo triste que fue decirnos adiós”  el “please don´t go”  hasta el “baby baby ohh”. Cuando se ha perdido todo, la confianza,  la dignidad  y 5 kilos de peso a causa de una ruptura amorosa; lo único que nos queda por hacer es una purificación a través del sonido, pero que tal sí en esta ocasión no caemos en los clichés de emborracharse en una cantina,  para posteriormente terminar cantando alguna canción simplona  de alguna artista veinteañera o “El triste” de José José (que no es puramente pop, pero si es puramente deprimente).

Zappa-Smoke

 En lugar de irse al extremo y escuchar letras para despechados nos aventuramos en un viaje de reconocimiento en el mejor lenguaje que se ha creado, la música, pasamos de algo que se pueda ignorar en momentos tan desafortunados a algo completamente placentero y renovador  explorando  los confines de la música,  aquí un pequeño ejemplo de ello,  en  5 clásicos:

Massive Attack.  “Live with me”. Esta canción sólo es recomendable si lo tuyo es tirarte a la desgracia y auto flagelarte, es un golpe directo a la cabeza,  reconocer lo hundido que se está para saber lo mucho que se debe trabajar en ello, es una canción complicada en su estado de ánimo, triste, pero magistral en su composición e interpretación; aparece en el álbum recopilatorio “Collected” del 2006. (Si quieres pasar al siguiente paso no veas el video de esta canción).

Frank Zappa.  “Watermelon In Easter Hay”. Esta canción no habla de amor y desde luego no necesita hacerlo pero es tal vez una de la piezas  más revitalizadora que he escuchado sumergida en la melancolía y el optimismo es ideal para la reflexion,  no exige mucho pero lo da todo, anima y reconforta, aparece en el célebre Joe’s Garage de 1979.

The Smiths. “There is a light that never goes out”. Qué más se puede decir de Morrissey y compañía, esta canción es un clásico y sí, habla de amor, de un amor simple como la luz que nunca se apaga, no llega a los extremos del fatalismo, pero si aborda el compromiso total, aparece en The Queen Is Dead de 1986.

George Harrison. ”All Things Must Pass”. Ya si de plano no puedes con el dolor y este es mucho esta canción es perfecta, bellamente optimista, cálida y sobre todo franca, “al parecer mi amor se ido sin advertirlo, pero esto no será gris para siempre”  que más puedo decir de mi beatle favorito, esta pieza  apareció en el álbum del mismo nombre “All Things  Must Pass” de 1970.

Fito Paez. “El amor después del amor”. Tal vez el mejor álbum del señor Paez. Esta canción es reflexiva, entusiasta y magistralmente interpretada,  ni modo a veces el dolor es necesario, pero después viene lo mejor,  así o más claro, sin caer en el plano lastimoso y condescendiente, aparece en el álbum del mismo nombre de 1992.

La lista podría seguir casi infinitamente, pero eso depende de la agudeza y gravedad de la ruptura y por supuesto del individuo en sí, el éxito depende de las dosis y en definitiva del correcto género musical.