Los one hit wonder de la poesía

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Por Joaquín Pérez-Tejada

Si parto del hecho de que la poesía no es leída, ¿podría preguntar si habrá poetas de one hit wonder? La poesía no se lee y sin embargo hay un reconocimiento de que los poemas de Mario Benedetti, Jaime Sabines y Pablo Neruda son populares y que por lo mismo, se tiende a argumentar, de mala calidad.  He escuchado decir que los poemas de Benedetti no han de ser tan buenos porque son como canciones.

Quizá sólo Pablo Neruda tiene un libro que sea tan popular en el mundo latinoamericano, en México, como el de Veinte poemas de amor y una canción desesperada y otro que sea ejemplo de la vanguardia surrealista latinoamericana como Residencia en la tierra, caso único. Inclusive hay quienes con aire snob desechan a Neruda por esos veinte poemas sin conocer más libros de su obra. En un momento dado, México se dividió entre los que leían a Sabines y los que hacían lo propio con Paz: la guerra fría de la poesía mexicana. Pero todos ellos son poetas conocidos y que tienen sus seguidores.

 La pregunta ¿habrá poetas de one hit wonder? (Frase que viene de la música popular gringa para determinar ciertos grupos musicales que sólo sacaron una canción con la cual se hicieron famosos y luego “desaparecieron”) me surgió por el interés de Javier Moro, amigo poeta, de saber más de César Benítez autor de un poema titulado “El santo” y que se incluye en la antología de poetas de la generación nacida en los cincuentas de la UNAM (Poetas de una generación de 1950-59) y el cual le había dado a leer, ya en la borrachera.

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Pablo Neruda

 Cesar Benítez ha de ser uno de ellos, de esos poetas que hacen un gran poema de fama y luego no se sabe nada de ellos. De hecho en la antología mencionada no vienen datos de él salvo que nació en Morelos, no tenía libros publicados en ese momento. Por la curiosidad que le suscitó a Javier busqué en internet algo del autor y me encontré con que había publicado un libro Juego de dados editado por la UNAM en la colección Ala de Tigre en 1994. Luego, dicen que las borracheras no dan para nada. No creo que haya más, Eduardo Vázquez Martín, (ahora secretario de cultura del gobierno del DF) hace muy buena reseña del libro en Nexos de ese año.

Cita el poema de “El santo” publicado en principio en la revista La ópera (aunque no menciona la antología), pero no aclara si el poema está incluido en el libro. Y comenta que Benítez fue colaborador de unomásuno, revista Milenio y Vicerversa de aquellos años como cronista de sitios arrabaleros. Aquí tendríamos un one hit wonder si no fuera porque la poesía no se lee tanto como para haber hecho de “El santo” eso precisamente.

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Renato Leduc

La pregunta seguía abierta… pensando llegué a Renato Leduc y su poema más conocido, por haberse hecho canción, y que su primer verso dice Sabía virtud de conocer el tiempo, un endecasílabo, pues el poema es un soneto de verso mayor como dicen… El poema lleva el título irónico de “Aquí se habla del tiempo perdido que como dice el dicho, los santos lo lloran”. Leduc es uno de esos poetas ásperos, antisolemnes, pero no incultos ni pendejos.

 En su antología Fábulas y poemas declara: En lo personal me apena tanto la indiferencia de los lectores hacia mi Epístola a una dama que nunca conoció elefantes como me sorprende la vieja y sostenida popularidad de esa banal ejercicio de retórica que es mi soneto Tiempo. Se casó con Leonora Carrington y estuvo en el servicio exterior mexicano (como muchos poetas de su época). Aquí se tendría un verdadero one hit wonder con pelos y señales. Aunque estos versos de su poema “Temas” puedan servir de epígrafe a esta nota (favor de colocarlos en su lugar):

No haremos obra perdurable. No

tenemos de la mosca la voluntad tenaz.

Mientras haya vigor

pasaremos revista

a cuanta niña vista

y calce regular…

Habiendo hecho la pregunta en mi facebook, Sergio Valero lanzó el nombre de Guillermo Aguirre y Fierro. No había escuchado su nombre en mi vida. Para no pecar de ignorante me fui a google y ahí encontré que era ni más ni menos el autor del famoso “Brindis del bohemio”. Quién no recuerda esos versos que no quiero adjetivar: pero faltaba un brindis el del Arturo el del bohemio puro el de buen corazón y gran cabeza (cito de memoria). Y del cual Carlos Monsiváis usó su gran final para su columna que luego sería libro: ¡Por mi madre bohemios!

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Juan de Dios Peza

Esa madre santa que todos tenemos fue la causante de que a Manuel Acuña no le hiciera caso su Rosario. Pero que le sirvió al poeta para agenciarse un lugar dentro de la memoria de, al menos, varias generaciones que leímos El declamador sin maestro. Otro auténtico one hit wonder (A Rosario), por más que se trate de revalorar al poeta.

De este tipo de poemas es el Garrick, no sé si este se pueda considerar un auténtico one hit wonder. Su autor, el poeta Juan de Dios Peza es muy conocido por su libro de Fusiles y muñecas que leí en mi adolescencia y que me significaba mucho porque era el nombre de la calle donde vivía mi novia de aquellos núbiles años. Y al cual parodio cuando comento que llegué a terapia diciéndole a mi analista: yo soy Joaquín, cambiadme la receta… No quiero satisfacer esta curiosidad sin mencionar a Jorge Cuesta, crítico de la generación de los Contemporáneos quien podría ser uno de estos autores de sólo un gran poema, pero no tengo datos para corroborar si Canto a un dios mineral haya llegado al hit parade. Quizá con el paso de los años se puedan descubrir más one hit wonder, pues es común escucharle decir a los artistas: esta será la obra por la cual seré recordado, con ambición de gloria y eternidad…