Louis Bourgeois plantea otras maneras de ser: Lorena Wolffer
Entras a la primera sala de exposición y te das cuenta que todo lo que se encuentra allí es un sueño que existe porque no existe. Tal vez alguien te guía, una voz, o el recuerdo de una voz, una ensoñación. Las ensoñaciones del artista son tus recuerdos, te dicen, porque ¿dónde comienza la vida, en la vida que se sueña o en el sueño que se vive? Son tus recuerdos los sueños del artista, porque el artista al inventar está recordando. Ves la primera obra de la sala y es un recuerdo tuyo.
Lorena Wolffer (tal vez de ella es la voz que escuchas) te invita a mirar a la gran araña madre cuyas dimensiones ocupan todos tus recuerdos. Lo terrible y lo doloroso unidos en una imagen cuya bestialidad solo es comparable al amor de tu madre. Porque el amor es uno de los discursos más violentos. O, al menos, en el amor se halla un grado de violencia que se justifica en la medida en que el amor es pasión y su entrega es pasión y nada más. La Araña-Madre teje sobre una silla vacía una red sólida de metal. Una jaula que tiene una abertura por donde puede escapar un recuerdo o nadie. “La araña es una oda a mi madre”, señala Louis Bourgeois acerca de su obra.
Ninguna obra tiene una sola lectura, cada espectador crea el significado de la obra y pone en evidencia un carácter tan abierto como el dolor, la nostalgia y el deseo, ya que no hay una lectura única o no hay un mensaje único, por lo tanto tampoco hay un impacto único. Yo creo que nos habla o nos comunica de manera diferente a cada persona; a mí lo que me interesa y me interesó de esta exposición es que pone en interrogantes y llama a cuestión el papel de la madre, nos dice Wolffer, artista contemporánea que ha presentado su obra en más de 10 países diferentes a través de exposiciones y eventos artísticos.
Miro la obra y pienso, el amor es como un tejido o una cárcel, el amor es una madre es una serie de recuerdos atrapados en un espacio cercado con metal entretejido. Entre los muros de la sala, se encuentra un poema de la artista. De él sólo recuerdo este verso: “Soy imperfecta pero no me falta nada”. Todos sus recuerdos están ahí, a lo largo de las salas de exposición, pero sus emociones permanecen, como un objeto vivo, la obra de arte es un objeto que interroga, a la vez que es interrogado y nos lleva a un lugar otro, donde ser mujer no es igual a ser madre y ser madre no significa necesariamente ser eso que la mayoría de las personas asumimos. (Lorena Wolffer).
En nuestro país, el papel de la madre es un rol prácticamente inescapable y que tenemos dibujado con gran perfección; está amarrado a una serie de mandatos de cómo es que las madres debemos de ser, aunque es cuestionable esa imagen construida en nuestro pensamiento, de esta forma, lo que hace la obra de Bourgeois es lanzar preguntas…sobre ese papel armado en nuestra sociedad, reflexiona Lorena Wolffer al preguntarle sobre esta exposición.
La fertilidad está presa de lo social, la feminidad también. Las figuras son la unión de trozos de tela, son construcciones de pequeños cortes imperfectos que acentúan la asimetría y amputación de los cuerpos artificiales creados por Bourgeois, quien se ha convertido en la asesina de su propio arte, en la orquestadora de una sinfonía donde la tela es un objeto vinculado al alma humana.
Fotografías: Polan Zepeda
Por José M. Vacah y Ulises Miguel
- Lorena Wolffer: entre sus obras destacan Familias naturales (Casa del Tiempo/MUMA, 2011), Tú no existes (UNAM, 2005), Arte chido, el arte de la violencia (Antiguo Colegio de San Ildefonso, 1997) y Terreno Peligroso/Danger Zone(UCLA, Los Ángeles, California y Ex-Teresa Arte Alternativo, 1995). Ha impartido diversos talleres y cursos en Universidades y centros culturales. Aquí puedes ver más de su trabajo.
Louise Bourgeois. Petite Maman
Museo del Palacio de Bellas Artes
Av. Juárez y Eje Central s/n, Centro Histórico
museopalaciodebellasartes.gob.mx
Exposición hasta el de 2 marzo de 2014
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