“Heathen” de Hoko: amor trágico, electrónica y un camino a la redención

Por Luis Omar González
A veces para iniciar de nuevo, es necesario hacer una retrospectiva, en el caso del trío de Nueva York, Hoko, el análisis viene de sus relaciones pasadas, y cómo el amor influye en los más mínimos cambios. Esto es el tema central de su nuevo EP “Heathen”.
Producido por John Hill y Andrew Well, quienes han sabido condensar toda la mezcla de sonidos e ideas de la banda, en un producto con claras intenciones pop. Esto se puede apreciar en los contundentes sencillos “OK OK OK”, con sus coros diseñados para ser interpretados en estadios o la balada de cierre de show “Candy Eyes”. El EP en general mantiene un aspecto sintético y muy electrónico, que mantiene el equilibrio ante letras llenas de sentimiento y análisis del amor.
En “Boy King” se analiza la juventud desenfrenada y a través de un mapa visual (cantando aquí) a través de Nueva York, donde las guitarras se mezclan con un coro sutil y efectivo, encontramos un balance necesario para los que quieran acercarse por primera vez al trabajo de Hoko.
La mejor letra llega en “Honest”, donde se retrata ese momento en el que ambas partes de una relación admiten sus errores en un intento por analizar y sacar lo mejor de cualquier situación. A veces el mejor camino es hablar y la voz de Nathaniel Hoho es la ideal cuando se quiere convocar al dialogo.
El disco cierra con “Starlite”, una balada que inicia sin efectos vocales para terminar en una oda sideral de búsqueda de renovación, como una manera muy sencilla de volver a empezar tras un viaje intenso. “Heathen” es una interesante carta de presentación, que, aunque no revela hacia dónde puede ir el grupo, da pistas de que, con un poco de esfuerzo, estas melodías pueden quedar en tu cabeza.