The Cribs y la clave del hedonismo

Fotografía: Luis Omar González.
Texto y fotografías por Luis Omar González
Es imposible no empezar este texto pensando que muchos de los conciertos cercanos al terremoto del 19 de septiembre se vieron afectados tanto en la asistencia del público, como en la estructura de los venues dónde estos se tenían preparados. Por suerte para el trío británico The Cribs, la moneda giró a su favor y el concierto siguió en pie, así como el ánimo de sus asistentes.
Aunque al principio parecía reinar un poco el desconcierto por regresar a un lugar muy cerca del circuito Condesa/Roma, los fans fueron llegando poco a poco. En punto de las 21:30 horas, los hermanos Jarman aparecieron en el escenario y fue ahí que toda aquella sensación de preocupación se terminó.

Fotografía: Luis Omar González.
Todo se convirtió en una búsqueda por ver quien saltaba más al ritmo de los riffs de Our bovine public, Come On Be a No-one o Rainbow Ridge, temas que dieron paso a un breve discurso en un español un poco ortodoxo que derivó en un regreso a su idioma natal agradeciendo a todos por su asistencia, pues la agrupación estaba más que contenta por la recepción del público.
En el show también sonaron temas de su más reciente producción titulada 24-7 Rockstar Shit que combinaron a la perfección con clásicos como We Share The Same Skies o Burning For No One, además de Be Safe, una de las canciones más coreadas por todos los asistentes. Así, la banda ofreció en casi dos horas más de 19 canciones en uno de los sets más largos en su paso por nuestro país, donde la música se convirtió en el escape perfecto para regresar a la vida normal, en la siempre caótica Ciudad de México.