Calor nocturno, euforia y oscuridad, una combinación que nos dio C. Tangana en el Lunario

Fotografía: Daniel Arredondo.
Fotografías: Daniel Arredondo
Por Ulises Miguel
Una de las voces más interesantes del rap español volvió a la Ciudad de México para darnos un recorrido sonoro donde el impacto de las rimas no descansa sobre la rapidez de los labios, la habilidad de imitar sonidos electrónicos o en la improvisación que inunda los oídos mientras las cadenas de metal dorado deslumbran la mirada muy al estilo (o estereotipo) de un rapero estadounidense.
Lo anterior abre paso con reverencia a un estilo sonoro que brota de una amalgama de letras sin prisas donde se combinan el desamor, la provocación, el atrevimiento, la oscuridad y la furia con atmósferas artificiales envolventes; así lo demostró Antón Álvarez cuando inició su presentación con Wings (tema incluido en su primer álbum homónimo) en el Lunario del Auditorio Nacional.

Fotografía: Daniel Arredondo.
La canción no sólo fue una introducción lírica de lo que representa C. Tangana, también se convirtió en una declaración de lo que escucharía, sentiría y expresaría el público que se reunió para ver a un artista que visitó por primera ocasión nuestro país en el Festival Ceremonia 2016.
Al término de este track inaugural, Drama comenzó a sonar y escaparon los recuerdos de una rivalidad caída en la nostalgia y la revancha: Y aunque ahora tendría que estar celoso, porque andáis quedando de nuevo, lo veo gracioso. Voy a robarle dos veces la misma mujer, yo soy un caprichoso. En seguida, comenzaron a ser coreados con el mismo entusiasmo melodramático temas como Bolsas, Alligators, Nada, C.H.I.T.O, Llámame más tarde, Espabilao y Tentación.

Fotografía: Daniel Arredondo.
Con Persiguiéndonos y Lo hace conmigo, dos de los sencillos más recientes lanzados por el músico español, el calor nocturno, las manos arriba en señal de aprobación, el apoyo vocal de Jesse Baez y el carácter penetrante de sus letras hicieron que el público transitara por el ardor del sentimentalismo mientras Antón se movía de izquierda a derecha sobre un escenario inmerso en luces melancólicas.
Bajo ese ambiente particular, la euforia de un espacio lleno de hombres, mujeres, chaquetas, jeans, tennis y gorras, explotó cuando 100k pasos fue interpretada por el rapero madrileño y nos ofreció una combinación de impulso, reflexión y energía que podría sintetizarse en el coro de la canción: Cien mil pasos, más de cien mil pasos en mis pies. But the sun’s gonna rise, the sun’s gonna rise like everyday…

Fotografía: Daniel Arredondo.
Aunque el track mencionado podría haber culminado con un éxito innegable esta presentación agendada para la noche del 27 de abril de 2017, el denominado “Rey del rap español” permitió que Antes de morirme satisficiera las demandas de sus seguidores para tener un cierre metafórico y poderoso que reclamó el placer de lo incorrecto antes del fin inminente de todo ser humano.