Molly Nilsson para una noche de synthpop y oscuridad

Texto y fotografías por Luis Omar González

Bajo Circuito festeja de una manera poco usual su aniversario en colaboración con ROCKETS, se ha dedicado a tener una noche especial de synthpop que se ha convertido en una fiesta donde la melancolía estuvo presente en cada momento.

La reina de esa noche era Molly Nilsson, pero antes de eso tuvimos dos curiosos teloneros: los primeros llevaban por nombre Frio y Vacío, quienes fueron víctimas del sonido y aunque comenzaron un poco flojos, poco a poco se fueron ganando la atención del público presentando los temas de su más reciente EP homónimo que lanzaron hace un par de semanas.

Dani Shivers es una sobreviviente de la oleada de artistas de Tijuana que se generó hace unos años, ahora  apoyada por Crane Records continúa las grabaciones del sucesor de los divertidos e intrigantes Jinx y Syzygy. Su show fue  mucho más extenso que sus antecesores, donde la atmósfera creada por su sintetizador se mantuvo constante, mientras  una tímida Dani soltaba uno a uno los beats a través de su computadora  y apoyada por un sintetizador y su voz que generan una ambiente similar al ya extinto Witch House, al final del show agradecía la invitación y daba paso al acto principal.

Lo de Molly Nilsson es algo que no  se puede explicar a simple vista: una artista independiente  que se ha gestionado la mayor parte de su carrera y que gracias a ello se ha convertido en una sensación de culto, ganando público a donde quiera que ella va, mostrando sus canciones creadas a partir de un sintetizador que, una vez que cumple su función, es desechado, creando piezas únicas bailables.

Estas características son suficientes para que el público mexicano la tenga como una de sus favoritas. Molly salía pasada la media noche con micrófono en mano y un pequeño secuenciador alumbrado por unas bombillas; saluda al público y después de unos detalles técnicos la propia anfitriona dijo “vine a cantar no a hablarles, es mucho más divertido”.

La artista de origen sueco  se mueve entre la ola de calor, agradece y aunque la mayor parte de sus temas son de corte melancólico, ella no puede evitar estar feliz ante tal recibimiento, así es como circulan temas de sus seis discos, en cada tema hay algún momento para explicar la canción, pero el público y la emoción puede más y el concierto se hace casi sin pausas, la gente y su artista se han unido en un solo, en una tristeza con cierto encanto.