De Montreal a Nueva York y un falso american dream
Por Nallely Pérez
Juanicas es una cinta que está basada en hechos verídicos, su directora, Karina García Casanova, asiente su tono didáctico y acepta que, en parte, es autobiográfica. Cuenta la historia de su familia y deja a su madre y hermano al desnudo frente al espectador, por qué, por qué no. Desde el ártico canadiense, espera la concientización de esos que no logran aceptar a “los enfermos mentales”.
El film no es algo así como Los idiotas, García Casanova no pretende ser un Lars Von Trier. Se trata más bien de una recopilación de grabaciones que a lo largo de 10 años recogió una vez que su hermano mayor Juan vuelve a la casa materna. Así, bajo la dirección fotográfica de Glauco Bermúdez, esta familia mexicana-canadiense muestra el revés del sueño norteamericano, y de Montreal a Nueva York, con reminiscencias a Villahermosa y Monterrey, la trama trilingüe se va develando.
Pese a haber sido planeada para mostrar el trastorno bipolar de la simpática madre de origen tabasqueño, Juanicas termina por centrarse en el maniacodepresivo Juan, a quien le pega duro y de forma irremediable la crisis de los 30. Sin guion que seguir, este documental, no obstante, no deja de parecer en ocasiones forzado en sus diálogos y en sus imágenes vintage hay un afán deliberado de llevar al espectador por tal o cual camino, no podría ser de otra forma, busca la empatía y también el que las “loqueras” sean tomadas con cotidianidad.
Juan se muestra como un chico simpático e inteligente que bromea con volverse al islam a los 60, no parece ser un enfermo mental ni tampoco un terrorista en potencia. Poco a poco va en declive y gran parte de la película todo se centra en los reportes que la policía de la salud mental (dígase psiquiatras) dan ante la renuente posición tomada por Juan de no querer interactuar con nadie, situación que ni el litio que le recetaron de adolescente pudo combatir, así como tampoco le sirvió a Kurt Cobain, con quien comparte el trágico final.
La transculturización es —más allá de los diagnósticos mentales— el rasgo más relevante de este documental estrenado en 2015 en el Riviera Maya Film Festival (RMFF). La familia, que vivió los primeros años en México, llega a la Canadá francófona para estar con el padre que decide abandonarlos y los deja en el supuesto paraíso norteamericano, al que la madre de familia llama “libertad” y Karina, “negligencia”; se plantea una y otra vez la pregunta ¿hubiera sido mejor jamás haberse ido a esa tierra de hielo?
Tal vez no, Karina García Casanova no pierde de vista que las trágicas historias de Silvia Pinal que su madre veía por cable, potencializaba su desazón. Juanicas, una historia verdadera de la vida real se exhibe actualmente por las tardes en el Cine Tonalá.