Sing Street: el esplendor de la nostalgia ochentera
Por Qornelio Reyna
Chico conoce a chica; una formula sencilla que se repite año con año en el mundo cinematográfico. Algunas se convierten de inmediato en clásicos chic flicks o blockbusters cursilones, otros se vuelven obras de culto, pero todas y cada una hace un aporte a la cultura popular y a cierto discurso del amor.
Esta temporada John Carney (Once, Begin Again) presenta en México su más reciente filme titulado Sing Street (2016), protagonizado por Ferdia Walsh-Peelo y Lucy Boynton. La historia nos remite a Irlanda a mediados de los ochenta, en una época de crisis económica generalizada en el Reino unido, que repercute en los barrios más bajos. Sumado a esto, la explosión de la contracultura y su impacto en las formas artísticas tendrán alcance en las entonces nuevas generaciones.
En Sing Street, Conor conoce a la joven y misteriosa modelo Raphina frente a su nueva escuela católica y para impresionarla decide iniciar una banda con ella como principal fuente de inspiración. El viaje lo llevará a recibir de su hermano mayor las mejores influencias musicales que incluyen a clásicos como Duran Duran, The Cure, Spandau Ballet y demás parafernalia ochentera.
Mientras su familia se resquebraja y su banda sale a flote con mucho talento y ganas de rockear, Conor descubre el amor, los sentimientos encontrados de la adolescencia, la madurez y la hermandad. Si bien la cinta hace gala de un tierno tributo a la contracultura ochentera, el glam y la juventud, no logra explotar con fuerza sus personajes secundarios, quienes podrían ser medulares, específicamente los miembros de la banda quienes siendo un surtido rico de personalidades, sólo importan al inicio.
Aún así, la cinta recuerda a clásicos como Almost Famous (Crowe, 2000) o Submarine (Ayoade, 2010) e incluso a otro tipo de películas sobre adolescentes escapistas como Moonrise Kingdom (Anderson, 2012), y aunque se puede prestar fantasiosa o muy azucarada, pero que llega a recordar con nostalgia una época de frenesí juvenil incluso en las generaciones que no pertenecieron a ella.
El éxito o fracaso de la fórmula “chico conoce chica” se basa entonces en sus variables, su contexto, sus diálogos y sus personajes. Y es que Sing Street cuenta con elementos que la hacen entrañable: un buen reparto de jóvenes actores, grandes piezas musicales, referencias a otro tipo de audiovisuales, no sólo películas sino videos musicales –el filme se sitúa en el boom de MTv- y una narrativa que por alguna razón, quizá por puro sentimentalismo, nos gusta recordar constantemente.