Amor y compasión
Por Francisco Marín
“We’re *not* surfers, we *never* have been, and *real* surfers don’t dig our music anyway!”
Un colorido y paradisíaco paisaje nos recibe. Las olas y las palmeras nos rodean y prácticamente podemos oler el bronceador. Son los años 60s y las playas de California son el destino favorito para los jóvenes, la música que suena en sus grabadoras los invita a divertirse a surfear en los Estados Unidos.
Love & Mercy (2014) dirigida por Bill Pohlad narra la historia de Brian Wilson, líder de la icónica banda The Beach Boys, a través de su tortuoso recorrido para trascender en el mundo de la música y posteriormente para liberarse de su terapista, el Dr. Eugene Landy, de quien se volvió prisionero en sus años de adulto.
La cinta se encuentra narrada en dos líneas temporales, la primera se sitúa en los años 60s en la juventud de Brian y el auge de The Beach Boys, la segunda se lleva a cabo en los 80s cuando el músico se encontraba, prácticamente, secuestrado por el Dr. Eugene. Durante ambas partes, las cuales están intercaladas, conoceremos los procesos creativos que Brian realizaba y como se vio forzado a trabajar y a someterse por su padre y posteriormente por su médico personal. También se mostrará la evolución de la decadencia que orilló al protagonista a sumergirse en un mundo de adicciones que casi acaba con su vida.
Bill Pohlad realiza una biopic que rompe con la estructura clásica del género, los saltos temporales son un elemento arriesgado, sin embargo, en Love & Mercy compaginan el relato de manera uniforme dando una estructura dinámica y una visión completa del personaje principal.
En la sección 80s el personaje de Brian es ejecutado por John Cusack, quien realiza una interpretación llevadera de un hombre destruido, en esos momentos el exvocalista de los Beach Boys, estaba diagnosticado con tendencias paranoicas, razón por la cual se encontraba dopado y vigilado todo el tiempo. El papel de Eugene, el cuidador de Wilson, corre a cargo de Paul Giamatti, su personaje es pura maldad, unilateral, lo que funciona gracias al tono de la historia pero llega un punto en el que la falta de matices en su actuar se vuelve tedioso. La encargada de salvar a Brian de su encarcelamiento de lujo será Melinda (la segunda esposa en la vida real del cantante) interpretada por Elizabeth Banks y es ella la mejor parte de esa línea temporal.
En los años de juventud que muestra la película, Brian será encarnado por Paul Dano, el trabajo que el actor realiza es brutal, su introvertido personaje va sufriendo cambios a cada momento que su condición física y mental empeora, estamos frente a la mejor interpretación que el actor ha realizado a lo largo de su carrera y es un verdadero deleite.
La cinta encuentra sus mejores momentos en las secuencias de los procesos creativos de Brian, así como en las grabaciones de sus canciones. Cada canción plasmada en la película cobra una singular importancia, ya que conocemos la historia detrás de ella, situación que nos permite conocer no solamente al artista sino también al ser humano que se ocultaba atrás de esa figura.
La forma tan auténtica en que es narrada Love & Mercy genera un fuerte sentimiento de empatía. Escuchar God Only Knows o Good Vibrations junto con las imágenes que las acompañan constituyen algunas de las mejores secuencias de la cinta.
La canción que se escuchará en los créditos finales es la que da nombre a la cinta. La historia se encuentra marcada por la música, las melodías llenan de vida los días de Brian y a través de ésta es que el relato se orienta al esperanzador resurgimiento, no solamente de una estrella, sino de una persona. Las sensaciones que produce cada acorde nos llenan de amor y compasión.