NRMAL 2016: dos días de increíbles atrevimientos sonoros

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

Fotografías: Luis Omar González

Por Qornelio Reyna

El ya conocido Festival Nrmal tuvo su séptima edición en este 2016, casi abriendo la temporada de festivales y deleitó una vez más a la ahora CDMX con su tercera edición en esta sede. Y no es para menos, pues como si hubiese salido de un capítulo de Portlandia (no en un mal sentido, nos encanta la serie), el evento cuenta con una lista de particularidades interesantes.

Fue creado en 2010 como una iniciativa de un grupo de amigos de Monterrey, que decidieron realizar un evento que reuniera lo más actual de la música electrónica, ritmos de fusión, rock y pop para la gente joven que tenía que viajar distancias gigantescas para llegar a la Ciudad de México u otros lugares donde se concentraba la escena musical o para traer a bandas que estaban sonando duro en otros lados pero que aún no llegaban de lleno a México.

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

Su cartelera de este año incluyó bandas americanas, tanto latinas como estadounidenses, así como propuestas del mediterráneo y orientales que iban desde el rock, la electrónica, los ritmos fusión, el rap/hiphop, shoegaze y pop.

Lo anterior convierte a su propuesta en, si no es que la más, sí una de las más arriesgadas del país, pues apuestan por proyectos de nicho, que a la vez que conviven en un mismo universo también están muy alejados entre sí, formando un mosaico de lo weirdo y buena onda que hay en la música contemporánea.

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

En una ciudad donde existe una segmentación muy clara de la música y los públicos populares y un distanciamiento frente a las propuestas alternativas, casi obligadas a ser independientes, el Nrmal es una apuesta exitosa que oscila en un tercer peldaño sui generis. Todo gracias a bandas de corto alcance aunque también a bandas que se considerarían headliner en casi cualquier festival en el extranjero.

Por supuesto que vale la pena puntualizar el ecléctico cartel que durante el sábado nos presentó a bandas de krautrock alemán como Camera y Kreidler y los chilenos Föllakzoid (estos últimos más bien influenciados que pertenecientes al género), quienes se distinguían por cuenta propia por un ritmo que resulta ser un gusto adquirido.

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

También estuvieron cosas experimentales/electrónicas como (SIC), Lao y Mumdance, el rap del regio Sick Morrison y el súper grupo Future Brown  y  otras más pop como Aloa Input, Los Wálters, Empress Of y Coiffeur. Desde luego que no podemos olvidar el rock que se hizo presente con Deerhunter, Los Piraña, San Pedro el Cortez, Health y uno de los favoritos del festival, A Place To Bury Strangers, liderados por Oliver Ackerman, quien a la segunda canción nos regaló uno de  los momentos más geniales rompiendo su guitarra.

Tal vez los lectores más avisados o melómanos ya notaron algunos acomodos muy generalizados y arbitrarios, rechinando los dientes por las inexactitudes musicales que así se proponen. Pues justo eso es lo que hace tan particular al Festival Nrmal, ya que sus componentes vienen de diferentes países y tocan música que aunque similar, tiene matices que hay que considerar. Por lo pronto, los dos días que dura el encuentro, todos son parte de una misma cosa.

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

Mientras tanto, el domingo pudimos ver a propuestas pop como Ela Minus, Jaako Eino Kalevi, Mitú (quienes pusieron el ambiente bomba), la interesantísima Jenny Hval y los mexas Baltazar. Dentro de la música electrónica tuvimos a Grenda (heredero de Bostich), Mareabora, Mark Fell, Blanck Mass y Pierre Bastien (otro experimentalón de vieja guardia).

En el hiphop/rap Gnučči, originaria de Serbia, Fatima Al Qadiri de Senegal, África, y el americano Cakes Da Killa. Finalmente, los rockeros volvieron a tomar los escenarios y nos regalaron momentos de fuerza como con The Body y Battles, de psicodelia con Acid Mtohers Temple y el headliner más esperado que invadió con nostalgia el festival: Slowdive, uno de los principales forjadores del shoegaze.

Fotografía: Luis Omar González

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Mónica Saldaña, promotora y curadora del evento, mencionó en 2013 en entrevista con una revista mexicana al respecto de la selección de las bandas que: Realmente no ha sido tanto cuestión de decir ‘Vamos a tener un headliner de tal tipo o tal género’, sino de presentar bandas nuevas. Ha crecido el tipo de bandas que programamos, ahora son un poco más conocidas pero siguen siendo de la misma línea: nuevas, frescas, de culto o con filosofía independiente, rasgo aún vigente.

Otra de las cosas que valen la pena resaltar y que justo tiene mucha relación con el cartel, es la colaboración del festival con embajadas, centros culturales, medios especializados y marcas (algunas también de nicho)tales como:  Foro Cultural Austria, el Intituto Francés, la Embaja de España, la Embaja de Suecia, el Goethe-Institut Mexiko, Filter, Vice, Remezcla, Nylon, Virgin Mobile, Arca, Ensamble, Hamonipan Studio, Adrenorama, Spotify y Goose Island, cerveza artesanal que dio la sorpresa al desplazar a cerveza Indio como la oficial del festival.

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

Todo esto forma parte de una organización muy bien planificada, salvo detalles menores, que forman una experiencia agradable y una convivencia envidiable en comparación con otros festivales, que por caracteres más comerciales o editoriales -como la curaduría de las bandas- reúnen a mucha más gente en espacio aún más complicados de amenizar.

Pues no era nada difícil transitar de un escenario a otro, conocer gente nueva que veías varias veces a lo largo del día, tomar un descanso o esperar en el escenario a la siguiente banda SIN EMPUJONES ni agravios de otro tipo. Además, ofrece experiencias tales como juegos, zonas de descanso, gradas, food trucks, Cocina Central, cine y otros servicios que facilitan la experiencia.

Fotografía: Luis Omar González

Fotografía: Luis Omar González

Sí, todo eso es el Festival Nrmal, que tanto por sus carteles, como sus aliados, su público, su espacio y su organización destaca como un gran festival al que esperemos tomen más en cuenta otro tipo de eventos. Gracias a todo ello, esta reseña no versó en torno a un par de bandas, o a una crónica detallada del minuto a minuto (cosas que no están mal), porque seguramente eso ya lo leyeron en otros espacios o lo vieron en facebook, twitter o instagram.

Lo relevante aquí es comprender el papel que juega dentro de la escena musical en tanto festival y experiencia, rasgo que cumple con creces y que nos hace esperar con ansias las decisiones que lo acompañarán el año siguiente.

Aquí les compartimos el video que hicimos de esta edición, ¡disfrútenlo!