Neam 2015: cuando la vanguardia conoce a la tradición
Fotografías: Lorena Lubian
Por Qornelio Reyna
El centro de la ciudad tiene cierto encanto y misticismo, sobre todo por la noche, cuando las voraces masas han regresado a sus chozas y las calles son iluminadas más por los carro que lo recorren fugaces que por las luces de neón de los bares y restaurantes nocturnos. Algunos edificios esconden misterios extraños en su interior, uno los observa durante el día y los sabe parte del paisaje, pero de noche estos erigidos monumentos inanimados cobran vida y sus rincones se vuelven el escenario de noches increíbles
El antiguo Hotel Mancera, con sus aires afrancesados o de cómo envejecer con estilo dan cuenta de ello y parece un lugar propicio para cobijar a las vanguardias sintéticas que trajo la Noche Electrónica Alemana Mexicana, organizada por el Instituto Goethe, Ensamble y Rockets. Maravillas como Paula Temple, Decon/Recon, Lena Wilikens y los mexicanos Yoni, Convex Mirror y Alias616 fueron recibidas el pasado 17 de octubre.
La noche comenzó con la llegada al Mancera y el primer deslumbre ocurre cuando el letrero color neón te indica el lugar, como una X en un mapa. La gente llegó de a poco, sin embargo, los pocos asistentes que en principio recibieron los beats de Yoni parecían entusiasmados y él, por su lado, dio un live act muy ameno, cercano y familiar.
Posteriormente lo jovenzuelos de Convex Mirror saturaron de ruido y baterías prominentes a quienes, aunque iban a escuchar música electrónica, bailaron sin más a zarpazos, a golpes al aire y cabezas agitadas, mientras las guitarras rasgadísimas eran acompañadas por un sintetizador de fondo con una onda muy cold wave.
Después, la noche, antes infantil, pasó a una etapa de madurez muy marcada cuando Alias616 comenzó verdaderamente la fiesta, pasando al atasque de ritmos rápidos que aceleraban a todos, pues, como conocedores del público mexicano, dirigieron todo a buen camino.
Ya comenzada en serio la fiesta, los rincones del Mancera se llenaron piso por piso, en un laberinto lleno de ánimos joviales, risas, gritos, pasos de baile que retumbaban el suelo de vidrio y hacían vibrar los barandales y posiblemente, cuerpo drogados al por mayor que bebían cerveza mientras se desconectaban y se entregaban al mundo de lo sensorial, de lo intangible.
Llegó el momento estelar de la noche y Decon/Recon, formado por Aquarian Jugs (alias Jam Rostron, alias Planningtorock), rRoxymore, Oni Ayhun (Olof Dreijer de The Knife) y la mismísima PaulaTemple (bajo el nombre de Jaguar Woman), recordaron a todos la razón de la reunión: el festejo de la vanguardia, del trabajo colectivo que se compone de muchos y para muchos pero que todos disfrutan por igual y que rompe las barreras de lo cotidiano, con techno atascado y a la vez armónico, que enseña a más de uno como mover los pies y la cabeza y que no todo en la música es ndie rock, sino que existen otros discursos muy alejados a nuestra cultura occidental que también somos capaces de entender y de sentir.
Después, Lena Wilikens, como dj nostálgica del vinilo, combinó lo atemporal con lo moderno, lo orgánico con lo inorgánico, en un acto casi espontáneo pero con mucha intensidad que de pronto te atrapa y te regresa en sí, cuando el mundo recuperaba su sentido entre los ruidos eclécticos.
La fiesta como escenario para el desafío, da a Lena la respuesta: cada set tiene sus particularidades porque cada fiesta es distinta, llena de gente diferente y por tanto, su sonido es casi un momento único en el tiempo.
Pasadas las horas el acto en solitario de Paula Temple, fundadora de Noise Manifiesto, corona perfectamente la noche que ya es bastante anciana y muchos han partido al after o a sus casas o la peda más amena y cercana, pero para quienes continúan ahí la fiesta sigue y no para, ni baja la guardia por un segundo, pero cabe repasar lo sucedido durante las últimas horas.
Un montón de dj’s jóvenes de dos países muy diferentes que se conectan por medio de la música entre ellos y el público, una música peculiar que en este lado del charco no es tan popular y que aún así cuenta con un público reacio a perderse noches inolvidables como esta.
Justo eventos como el NEAM funcionan como el espacio para los nuevos discursos, las nuevas formas de pensar, vivir, actuar, bailar, componer, oír y sentir, todos con una apuesta distinta y todos buenos desde su trinchera, pues al final, no se trata de saber quién o cual fue el mejor acto, sino entender las particularidades de cada uno, pues son efímeros, pero que pueden volverse trascendentes si uno abre la mente, cierra los ojos y baila.
Esta y otras maravillas ocurren durante la noche en el abandonado centro histórico, dentro de los edificios de puertas cerradas o de fachadas diferentes durante el día, pero que de noche se transforman y no resuelven nada en el mundo exterior, en la calle, sino en sus pasillos, detrás de sus portones, adentro de los edificios y de las mentes y cuerpos de las personas.