Alika presenta “Mi Palabra Mi Alma” en El Plaza Condesa
Fotografías: Polan Zepeda
Por Ulises Miguel
No hubo mejor elección para abrir esta noche de Alika en El Plaza Condesa que con Ariana Puello, rapper de la escena en español que nos mostró la cara dura del rap de protesta y el placer del dance hall. Arriba los buscavidas y Hasta el amanecer fueron como ese dúo perfecto de contarios para definir su participación en esta noche.
En poco menos de una hora escuchamos lo necesario para quedar enganchados con el estilo de Puello, lo necesario para prender a un público reunido en este concierto esperado. Asco y vergüenza, Rap pa’ mi y Oye lo que traigo fueron un golpe para romperte la madre con rimas e inyectar en tus venas la euforia esperada para iniciar un viaje ya anunciado: “Mi Palabra Mi Alma”.
Con una mezcla de reggae, hip hop y cumbia villera, Alika nos recordó que su estilo no se define en un solo género; “Mi Palabra Mi Alma” es una combinación para bailar y, al mismo tiempo, para poner las manos en el aire e iniciar ese juego típico de aprobación para el rapper en escena.
Once again I pick up the microphone, once again I’m telling you Jah it’s the most…, una vez más tocando esos temas que nunca serán olvidados: Oye mi amiga, Ejército despierta, Noche de conciencia y El rugido del léon formaron parte de los clásicos de su discografía que fueron interpretados junto a su nuevo álbum.
Después de recordar estos tracks durante su presentación, así como su colaboración con Mad Professor, Big up comenzó a sonar para dejarnos entrar en el nuevo material de Alika; este tema y Más música y menos balas, se convirtieron en un empujón bailable de conciencia y esfuerzo, un llamado a la acción para caminar sin violencia.
Con un reggae alegre escuchamos Gracias a Jah, una oración cantada para no perder la fe en Yahveh, un track que compartió esa sensación de satisfacción y amor con Abrazarte, una de las canciones más pedidas por el público enamorado que repetía con dedicatoria: “yo quiero abrazarte, con mis brazos rodearte, decirte que te quedes aquí…”.
Contra la adversidad contó con la participación en vivo de Naday, una niña que “rapea” mejor que tú; las dos voces femeninas separadas por la edad y el origen elevaron un tradicional coro de manos. Fue una transmisión de energía en palabras rimadas.
Ser verdadero, Yo tengo el don, Quémalo y Déjalo Gyal complementaron el setlist de la noche y pusieron a bailar a los asistentes. Pies contagiados de cumbia rasparon el suelo de El Plaza y hacían eco de Fuego le vamos a dar, un track hecho en colaboración con El Traidor.
Durante las casi dos horas de concierto entendimos que colocarse con ganja o traer dreadlocks en la cabeza se vuelve una ficción innecesaria cuando observas a un público tan diverso que se reúne para ver a una de las mayores representes del reggae consciente.