La maldad muestra una realidad no “posteable”

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Por Nallely Pérez

Mientras los astros, alternativos, invaden uno tras otros los pasillos de la Cineteca Nacional con letras gigantes ideales para hacerse selfies, al filo de las 18:45 horas en la Sala Siete se proyectará a partir de este viernes 27 de enero La maldad, película que muestra una realidad no posteable y que, sin embargo, nos atañe e inunda como ciudadanos y raza humana, que se supone es lo que somos.

La ópera prima de Joshua Gil — quien se iniciara en el séptimo arte en el equipo de fotografía de Japón (2002)— ha dado la vuelta al mundo (Alemania, Francia, Brasil) y ha sido exhibida en algunos festivales nacionales (FICUNAM, Riviera Maya) para arribar a la capital mexicana, así que está respaldada. Escenas contemplativas de un país en llamas y cuadros de vidas que se extinguen ante la senectud en parajes atemporales son el hilo conductor de esta historia que podría no hacer aplaudir a más de uno.

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Ubicada en la bruma que experimentó México en el año 2012 tanto en el campo como en la ciudad, La maldad no necesitó de un elenco reconocido (los dos personajes principales fueron los abuelos del propio Joshua Gil) para mostrar que dos de los ceros que se fueron del peso han vuelto en forma de lo mismo. Pero la brutalidad de esta “ducofficción” no radica en el nacionalismo, es más honda y va “a un nivel metafísico más que narrativo”, como señala su director.

El no tener dónde caerse muerto y el considerar niños desprotegidos a los animales, son hechos afrontados en un cañaveral por un par de ancianos sin nombre, uno desahuciado y otro quijotesco que sueña con desfacer el entuerto de haber sido abandonado por su mujer por medio de la realización de un filme autobiográfico que le sirva de catarsis y a la vez de testamento.

Así, la crítica de Gil abarca también el rubro metacinematográfico en esta primera muestra de lo que su óptica es capaz de captar, pese a las trabas que tuvo que afrontar durante la grabación, la cual tuvo su mayor grado de dificultad el 16 de septiembre de 2012 en la Plaza de la Constitución, fecha en la que sin guion a seguir, sabía que La maldad debía ser capturada.

El filme distribuido por Circo 2.12 que se preestrenó en Cine Tonalá, también se exhibe en Cinemex CNA, Cineápolis Guadalquivir y Casa del Cine.