Lux Relfexa es el ensamble visual de un diálogo de interconexiones

Amaranta Sánchez - Instalación 1

Por Mario Mendicuti Abarca

Con Lux Relfexa, Amaranta Sánchez, artista de video, plástica y fotografía, conjunta una serie de imágenes intervenidas digitalmente en las que juega con los conceptos de cuerpo, personalidad, herida, identidad, espacio, autorepresentación e interconexión.

Extraviados en un bosque, lagos, cascadas y cabañas se tornaron el escenario perfecto para el encuentro entre lo que se podría identificar como el yo y el ello de la también videoasta. Un desdoblamiento prodigioso en personajes que contrastan entre sí, no sólo por el tamaño y la procedencia, sino también por el aparente desconocimiento que tenían el uno del otro. La sorpresa llega en el momento en el que la intuición y los indicios, manifestados incluso en las piedras, gritan que son partes de un mismo ser esperando conocerse.

Amaranta Sánchez - Lago

Se miran, se comunican, se tocan, se reconocen y se unen. El diálogo visual nos lleva a pensar que se ha iniciado también un romance. Pero no uno cualquiera, en éste lo monstruoso se acercará con toda delicadeza a la parte que pareciera ser la más firme de la personalidad y la destrozará por dentro. Se hará carne en la carne, apertura, herida, señal y marca.

¿Cuándo es necesario o conveniente ocultar las cicatrices? ¿Acaso la venda sirve únicamente para proteger la piel abierta de los factores nocivos del mundo o también para proteger al mundo de la laceración? Con algo tienen que ser unidas las partes de las que se conforma ese monstruo que nos habita y nos destruye. Dedos, piernas, manos, brazos y cabeza han de reunirse también en torno a un tronco, bosque de extremidades.

Amaranta Sánchez - Instalación 3

En los nexos que ese cuerpo fragmentado establece consigo, con sus pedazos completos en sí mismos, se pueden leer las diferentes historias que lo llevaron a ser lo que es. De nuevo, el encuentro, la mirada, el diálogo, el tacto, el romance, la unión y la destrucción. Un solo ser que, al encontrarse con un reflejo suyo, se engulle.

Si bien pareciera que se ha hablado únicamente del tema y de la representación (en el sentido más teatral y trágico de la palabra), Amaranta Sánchez procede de igual forma en su manufactura: imágenes que invaden el espacio que otras les ofrecen. Se mezclan realidades que parecieran provenir de mundos extraños en los que una mujer es acompañada por un gigante.

Amaranta Sánchez - CabanŞa (1)

Como tal, la instalación Lux Relfexa también es parte de este particular método de creación. Asemejándose al Dr. Frankenstein, la artista construye una estructura lumínica hecha para proyectar y dar vida y movimiento a sus imágenes. A partir de fragmentos, ensambla aparatos que nos dejen ver otros fragmentos.

Podemos afirmar que la unión entre fondo y forma es indisoluble, así como lo es la que existe entre el yo y el ello, entre Amaranta y su monstruo. La irrupción de un elemento desconocido al interior de una imagen lleva al espectador a pensar en que se han sobrepuesto universos disímiles, aunque concordantes, en los que es posible entablar diálogos que lleven a un reconocimiento.

Amaranta Sánchez - Instalación 2

El reencuentro con el propio monstruo puede asemejarse o no, en lo superficial, a las imágenes que se nos presentan. Sin embargo, el proceso podría no tener muchas variaciones. Eso que nos han enseñado a temer durante tanto tiempo, en realidad, ha estado siempre a la orilla de un lago, esperando ser encontrado.

Cabe mencionar que la exposición ya fue inaugurada en la ciudad de Cuernavaca y pronto estará en la ciudad de México, además, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos prepara la edición de un cuaderno con la obra reciente de Amaranta Sánchez.