Así vimos el terrible frenesí (Festival Antes II)
Seguimos creyendo que podemos hacer mucho por la música en esta enorme ciudad sin pensar primero en el dinero… ¿Ironía contemporánea de la escena musical indie? No lo creemos. Herejía cometida por el creyente es una descripción más acertada a la que añadimos placeres desconocidos de lo under combinados con el Do It Yourself en un mismo lugar: el Festival Antes 2013.
Con esta tercera edición de música nacional emergente, bandas de Ciudad Juárez, Guadalajara, Distrito Federal, Mexicali, Estado de México y Chihuahua se presentaron en el segundo día del Festival realizado en el Salón Los Ángeles (Lerdo 36, Col. Guerrero, Distrito Federal), donde rock, garage, experimentación, pop, metal, rap y beats mostraron la variedad musical de este evento sin patrocinios.
Ella siente a Mario Bros en su interior
Una chica bailaba frente al escenario Antes donde Kupa mezclaba; su cuerpo de baja estatura estaba más vivo que un trompo detrás de las vallas colocadas entre el público y el DJ. Imágenes de videojuegos que adorabas en tu infancia noventera eran proyectados en la pantalla ubicada al fondo. Quizá de Mario Bros u otro clásico de la consola, pero ella rompía la solemnidad de un entierro o la calma de una reunión con tu tía abuela.
Ritmo de amor, ritmo de amor con Los Macuanos. Raspa la chancla, raspa la chancla. La pura sobrosura en lo más under de la escena mexicana. La noche era nocturna, la calle húmeda y mal iluminada… (Fragmento de Pum Bang Bang de Los Esquizitos, quienes abrieron el segundo día del Festival), así era a las afueras del Salón Los Ángeles, casa derrochadora de grupos emergentes que convocaron a la juventud de la ciudad, mayores de 18, por supuesto, para echar la fiestota con alcoholes y Siete Catorce, quienes cerraron el Festival, Imvlso & Antigravity, Wyno y Fonobisa, chicos que alzaron la voz por los beats y las computadoras.
Veneu on fire
Explosión atómica fue La Sonora Chacalera. Las “convulsiones” de su tecladista lo hacían parecer poseído por su rap norteño. Con una mano podía seguir tocando mientras todo su cuerpo se movía sin control, como si fuera electrocutado. El baile más “cool” de la noche se lo llevó él y sus vocalistas las mejores rimas subversivas.
El baile casi ensayado y sensual del vocalista de los Pellejos por poco hace estallar a la muchachada: movimiento suave de caderas por un hombre que no era el nudista aceitado y soñado, pero tenía la actitud de un hombre que no ha dejado su juventud en la apariencia, pues con unos años encima, este frontman sigue rimando con fuerza. Ahora verás de otra forma al señor del gas que ya viene cerca de tu casa por las mañanas: el gasssss… el gasssss… Lo imaginarás bailando al ritmo del “más bello canto de la existencia humana”, una “oración solemne sobre El Gas”, como diría un amigo cuando escucho ese tema tan conmovedor como las baladas de tu mamá.
“Yo te prendo, yo te pendo” decía una chica. ¿Acaso no se respiraba el humo de la quemazón de pies por estar d epie frente a los escenarios? Claro que sí. Cansancio, pero unos hot dogs y bebidas subidas de precio solucionaron el problema. Las luces rojas fueron perfectas para el metal de Nazareno El Violento. Sonidos alterados con la fuerza de un choque de autos fue su presentación en el escenario Garage. Su nombre y música reflejaron su esencia: adiós a Jesús el pacífico, bienvenido el hombre con rencor y furia divina.
¿Cambio drástico? Quizá. Dani Shivers inundaba el otro escenario con su pop y sintetizadores. Con una diadema de flores en la cabeza, su vestido de cuerpo completo y su larga cabellera (rubia) nos recordó a Florence + The Machine. Aunque todavía no comenzaba a tocar, le arrebató público a The Mueres, grupo originario de Chihuahua y algo alejado del gusto capitalino. D.S. nos abrazó tiernamente con su synthpop ( lo que podemos describir como dulces más de teclados).
Sócrates “popeando”
Pop, experimentación, pop y experimentación fue El Triple Filtro. Sus imágenes en el fondo acompañaron las canciones de su recién presentado EP: Drifting. Con su origen en palabras del griego sabio, la banda tocó bajo la oscuridad del lugar, ofreció un concierto bajo la niebla de “luces negras”. Su primer single fue como el dulce querido por un niño: deseado y agradable para los oídos.
Las Pipas de La Paz con Pamela y Coming change, Baby Nelson & The Philistines con Ojos de Cristal y Pacto de Sangre. Garage del Estado de México y de Guadalajara. Nos la pasamos chévere con el mero basilón sobre la tarima, dicen Las Pipas. Miro al espejo y veo a alguien más, cantaron los de guanatos. Quizá ella es Pamela, por eso baila con tantas ganas, ¿por qué? Porque Las Pipas dijeron que la canción estaba dedicada a una chica linda. Puede ser.
La juventud que sueña en su desbarajuste mental es Futurología. Cables sin fin y luces parpadeantes como las máquinas futuristas de las películas de El Santo, volvieron el escenario en un laboratorio sonoro, un tejido de alambres sobre una tarima. Ella vestida como para una noche de gala, ellos con jeans y camisetas. Los chicos fueron una válvula sin pausas de luces proyectadas y creaciones artificiales.
“Aprendamos juntos y démosle su lugar a lo que –fuera del venue, los costos, los patrocinios, los donativos o los imprevistos- es lo verdaderamente importante: la música.”
Por: Ulises Miguel y Lucila Zepeda
Fotografía: Polan Zepeda