Omar Apollo se desnudó ante un público en éxtasis que ya lo esperaba en la CDMX

Omar Apollo arribó al escenario del Auditorio BB ante una audiencia deseosa de gozar su música y ser parte del cierre de su gira Desvelado. La comunidad LGBT+, fiel admiradora del artista, mostró la calidez y las ganas de disfrutar el concierto. Hubo gritos de éxtasis, júbilo, admiración y encanto de principio a fin.

No era para menos, pues este artista se está convirtiendo en un símbolo de la comunidad por su talento y su encanto. Apollo es ya uno de los exponentes del R&B, soul, funk y pop contemporáneo más relevantes del género en Estados Unidos y, quizá, en el mundo.

Este martes conquistó al público mexicano con una sobredosis de sensualidad que se combinaba con unos increíbles pasos de baile, compuestos mayormente por movimientos de cadera que harían envidiar al mismísimo Mick Jagger.

Como si esto fuera poco, el músico cautivo con su voz y entre melodiosas notas también se le escaparon alaridos de la emoción que lo embargaba. Pues la energía de Apollo no bajó ni un momento, ya que se entregó a un nivel supremo ante un público que le exigía la desnudez total.

El calor humano también fue en aumento y la calidad del audio del recinto contribuyó a generar una atmósfera de éxtasis, la cual se fue configurando desde que Niko Rubio subió al escenario para interpretar, junto a sus músicos, las canciones que prendieron a los asistentes como un fósforo sobre gasolina.

Con una mezcla de melodías por rock, el estilo de Rubio, cantante de ascendencia mexicana originaria de Los Ángeles, California, se acoplaron perfectamente con un baterista de salvaje estilo en el que predominaba un talento brutal para golpear el bombo y los tambores.

Niko desbordó sensualidad, como si con esta energía estuviera adelantándonos el maremágnum que se vendría. Con carisma y dulzura, logró que nadie despegara de ella la mirada.

Al terminar el set introductorio, los ingenieros de audio comenzaron su labor y la música de  Kali UchisJhay Cortéz,  Kanye WestNicki Minaj, Elvis Crespo y Bad Bunny hicieron que todos comenzaran a bailar.

Alrededor de las 9:30 de la noche, por fin salió Omar Apollo acompañado de un tremendo juego de luces. Los clásicos del cantante no se hicieron esperar “Useless”, “Unbothered”“Erase”

Para este momento ya los cuerpos empezaban a soltarse. De pronto se hace presente “Killing Me”, extracto de su más reciente álbum de larga duración, Ivory. Un sombrero vaquero cubre su cabeza. Con movimientos de cadera y piruetas derritió a más de uno. Ni las cervezas lograban atenuar el calor que se iba a acumulando. El concierto se volvió un congreso de hipnotismo, nadie parpadea, nadie titubea, sólo se mueven los cuerpos al compás de la música.

 La casta mexicana brilló con el “Dos Uno Nueve” y con “En El Olvido”, dos rolas que pusieron a cantar a todes. Con canciones como “Petrified” o “Invincible” ft. Daniel Caesar, y alguno que otro colado como “FRÍO”, lo mejor de su más reciente álbum comenzó a aparecer junto con una bandera mexicana que ondeó de un lado a otro.

 De pronto la energía subía con los beats de trap contagioso de la rola “Tamagochi”. Luego con “Kamikaze” los gritos de “¡Te amo!” y “¡Hazme un hijo” eran más fuertes.

“¿Dónde están los gays?”, grita Apollo, y el público levantaba sus manos en señal de haberse rendido ante su nuevo dios. La última canción llega: “Want U Around” ft. Ruel seguida del rugido “Otra, otra, otra”.

Regresan todos al escenario cubiertos de sudor para interpretar “Go Away”, una rola que no podía faltar esta noche. Junto con algunos amigos del cantante, Niko Rubio y compañía, “Tamagotchi” suena de nuevo mientras todos ofrecen sus últimos pasos de baile. La noche sensual ha terminado.

Por José M. Vacah

Fotografías: Ulises Miguel