Killer Whale y Tastes like yesterday: nostalgia sonora que se transforma a su antojo

Imagen: Killer Whale.
Por Luis Omar González
La preparación es sencilla, el chef se llama Thomas Johnson, quien desde hace algunos años se ha especializado en mezclar r&b con un toque de surf, el resultado su debut Casual Crush, que se ganó la atención de muchas personas, por ser un platillo conocido pero presentado de una forma innovadora.
Para este segundo aperitivo el chef mezcla una vez más los mismos ingredientes y aunque suele esconder el ingrediente secreto, el asegura que hay un toque diferente, además añade el sabor que sus escuchas conocen, el resultado: Tastes Like Yesterday.
Esta segunda placa está llena de un sentimiento de nostalgia veraniega, vocales inundadas de capas de guitarra, en un disco de breves episodios llenos de energía.
Sunrise que es uno de los tres interludes del disco es una invitación a un nuevo día, dónde apenas está a punto de iniciar la vida. Confortable es una pieza dónde la guitarra se mantiene presente en cada momento e incluso es como si fuera la voz principal, mientras que la voz de Johnson pasa al papel de coros. Drop out, está llena de un sentimiento sabor a década de los 80 gracias a sus sutiles sintetizadores.
Dusk es el segundo interlude, que da pie a Plenty of time que es un claro homenaje a la música motown. El mejor track llega en High of your love, que tiene un sonido oscuro con la ayuda de una oportuna sección de baterías y unos coros que beben por momentos del góspel.
El último interlude llega con la electrónica Not the time, mientras que la fiesta termina de manera sueva y sutil con Don´t run away, en general un festín lleno de energía-nostalgia en un trabajo atemporal para un músico que ama el pasado, pero lo transforma a su antojo.