Timber Timbre: demasiado nocturno para ser mortal
Por Miriam Sanabria Colin
La noche que Lope de Vega trataba de loca, imaginativa y quimerista, habitadora de cerebros huecos se proyecta de distintas formas para todos aquellos que gustan de la oscuridad y la contemplación selectiva de estrellas brillantes, rodeados de gente extraña o transitando caminos que se develan a través de la penumbra; mientras unos duermen plácidamente en la seguridad de su cama ajenos al mundo que los rodea, otros se encuentran así mismos en un viaje que se funda entre el negro de la noche, un cigarro humeante y un álbum que no parece de este mundo: Hot Dreams de Timber Timbre.
Este grupo canadiense que camina por los terrenos del folk , el blues y el indie rock es comandado por el músico, compositor y vocalista Taylor Kirk, la guitarra y las percusiones de Simon Trottier y los teclados y violines de Mika Posen, cuya mancuerna hace que cada trabajo de estos canadienses sea profundamente placentero. Hot Dreams es una mezcla entre la candidez de folk melancólico y franco de los años sesenta y la extraña sensualidad de un sonido que desarma hasta el estado hipnótico.
A través de un despliegue instrumental minucioso, cada una de las canciones demuestra un corte sencillo y tranquilo donde aparecen flautas, violines, pianos, guitarras y percusiones poco saturadas; se podría decir que cada instrumento tiene su momento íntimo sin que sea opacado o confundido por una excesiva sobre ejecución musical.
Hot Dreams, realizado bajo la producción de Arts & Crafts, abre con “Beat the Drum Slowly”, de una oscuridad fantasmagórica, inquietante, una pieza que va mas allá de la simple experiencia taciturna, es un descenso suave al infierno; “Hot Dreams” que da título al álbum tiene una textura más terrenal y reflexiva a partir de un acorde simple de guitarra y un sensual saxofón; esta pieza hace honor a su nombre y se deja caer con una lírica que aborda el escape de todo y la entrega a un amor a través de cualquier medio, es ideal para sentarse en un balcón y contemplar el mundo jugueteando acerca de lo que podríamos ser; “Curtains!?” de estructura rockera tiene swing y ciertadureza tal vez el lado popular del disco.
“Grand Canyon” podría ser la mejor canción de todo este trabajo, con cambios de ritmo contundentes y con una carga de añoranza y aislamiento que bien recuerda las gasolineras y restaurantes apartados de las carreteras de Norte América; “This Low Locomotion” se interpreta musical y vocalmente como una canción de blues y se acompaña posteriormente con “The New Tomorrow”; “Run from me” solo con piano y guitarra enmarcadas por la profunda voz de Kirk habla del amor que se busca, es una continua persecución del opuesto, una canción que explota musicalmente al final a cargo de un dulce coro femenino y un ritmo de esperanza y fervor; “Resurrection Drive Part II” y “The Three Sisters” son composiciones puramente instrumentales, donde se hace gala del talento musical y compositivo de los canadienses.
Timber Timbre nunca decepciona, Hot Dreams es un trabajo uniforme, cuidado, de una sola pieza, inclasificable, pero conmovedor, las noches ya no se pasan solas entre el silencio, se acompañan de figuras espectrales que acechan en las ventanas, son noches de viaje a lo desconocido, de cigarros humeantes y de sueños calientes.