Caribou enloqueció a la CDMX con una mágica y eléctrica presentación

El Auditorio BB, tras la complicada e incierta situación que nos dejó la pandemia, volvió a ser el escenario de un deslumbrante show protagonizado por la música electrónica.

El deseo de disfrutar al máximo los sonidos deslumbrantes de Caribou se sentía en el aire desde los primeros minutos. Todos los que se congregaron la noche del martes 29 de marzo estuvieron ansiosos de ver en el escenario a Daniel V. Snaith, músico originario de Dundas, Ontario, y poseedor de una energía electrónica única.

La oscuridad era necesaria para dejar de lado el sentido de la vista y agudizar los oídos. La música y la luz comenzaron a crear ambiente con la propuesta electrónica de Suricata, a quien le tocó abrir el espectáculo. De fondo, los visuales de Melissa Santamaría nos hipnotizaron, haciéndonos dudar de nuestros propios pies, que se movían al compás de los beats del productor mexicano.

Poco a poco la energía comenzaba a crecer, los gritos del auditorio pedían desvanecer el martes y hacernos olvidar la rutina. La cerveza y la discreta mariguana comenzaban a desvanecer el estrés y a conectar los corazones con la música.

Al finalizar su presentación Suricata pidió que no olvidáramos que era el cumpleaños de Snaith, y que no podían faltar las mañanitas.

Caribou tardó unos minutos en aparecer en el escenario, tiempo suficiente para hacer crecer las ganas de ver y escuchar a los músicos en acción, quienes nos dieron la oportunidad perfecta de presenciar su más reciente álbum titulado Suddenly, todo como parte de su gira internacional por Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.

Caribou tomó el escenario y la parte auditiva se complementó con el poder de visuales y luces dinámicas. Los fans ya llevaban bastante tiempo esperando un concierto de la banda en solitario (más de diez años tuvieron que pasar), así que la euforia se desató desde las primeras canciones.

No pudimos dejar de bailar, entramos en un trance ocasionado por la melodía y fuerza desbordante de los beats. No cualquiera convierte un concierto en una fiesta, y vaya que estos músicos lo hacen tan bien que todo parecía tan natural.  El mezcal y la cerveza hicieron que las inhibiciones desataran la danza ritual y fue así que el movimiento de los cuerpos duró toda la noche.

La canción Odessa desató el furor de aquella noche y posteriormente escuchamos diversas producciones que demostraron la capacidad creativa de Caribou. Después de transcurridas alrededor de dos horas de música, fue que el concierto finalizó con los temas You Can Do It, Never Come Back y Can’t Do Without You, tema que fue el desbordamiento de la energía y un clímax perfecto para dar cierre a un concierto épico. 

¡Vaya que fue una noche inolvidable!                      

Por José M. Vacah

Fotografías: Ulises Miguel