Platicamos con Grenda sobre su nuevo álbum “The Feelings We Are” , lo que hay detrás y cómo fue manufacturado por el artista mexicano. Pasen a leer con confianza.
Eduardo Amezcua es un hombre de pocas palabras. Sin embargo, que esto no se confunda con timidez o parquedad, todo lo contrario. El responsable detrás del proyecto conocido como Grenda tiene la capacidad de hacer catarsis absoluta y constante a través de la música, evocando sentimientos profundos en cada uno de sus temas y llevando al escucha a esos lugares en dónde, con un poco de atención se puede estar en mismo lugar que el compositor.
Cuatro años han pasado y para la industria que se mueve a una velocidad a veces impensable, Grenda es un ente raro dentro de la manada. El productor, que solía seguir un ritmo rápido al momento de crear, se ha tomado su tiempo y gracias a una amiga, que lo llevó de viaje a Baja California, ha conectado de manera distinta con lo que tanto le apasiona: la música.
“Todo fue gracias a un cambio de chip que ocurrió cuando visité estos lugares naturales, ese fue el momento en que quise hacer algo al respecto, expresarlo de alguna manera. Como que tuve una conexión con la tierra, fue alcanzar un nivel de madurez personal y profesional”.
El resultado se puede escuchar en “The Feelings We Are”, su tercer disco, que en muchos sentidos es el final de una etapa para el músico y el inicio de otra; una en dónde las posibilidades no tienen limite, pues en el podemos escuchar un trabajo lleno de experimentación, pero también muy cercano gracias a los ambientes de nostalgia y melancolía que se dibujan en cada track.
“Pasaron muchas cosas de producción: una rola salía rápido, pero había otras que no lo sentía adecuado y las dejaba en los folders perdidos (risas). Tres años después, encuentro esas piezas y veo que tienen potencial; gracias a eso, salieron varias canciones. Cada tema tiene su proceso, partiendo de la forma en la que quería expresarme”.
Para los que siguen la carrera de Grenda desde sus inicios, saben que el proyecto en su mayoría era cobijado por el idioma inglés, producto de la evidente conexión de Tijuana con el país vecino. Sin embargo, en este proceso de transformación el modo de comunicar cambió:
“Yo cantaba en inglés, pensando en las palabras que sentía que tenía que decir en mis temas… “Ya no hay tiempo” es la primera canción en dónde canto en español, originalmente era una pieza en inglés, pero no sentía que estuviera expresándolo bien”.
En este trabajo, aunque es enteramente dentro del género electrónico, se compuso a base de los instrumentos que Amezcua tiene en su home studio, y aunque la parte de trabajar desde el ordenador no se ha ido del todo, si tomó un lugar mucho más secundario.
“Yo tengo mis sintetizadores análogos, cajas de ritmos, guitarras, bajos, batería; todo eso fue parte del disco. Mi personalidad cambió muchísimo, por lo mismo el concepto de Grenda se siente distinto”.
Actualmente el músico se prepara para un show muy especial en el Festival Pal Norte, dónde podremos observar una combinación de visuales, luces y por supuesto música. En esta ocasión el toque especial viene de la mano de los nuevos temas por supuesto, pero también en la experiencia sonora que ello implica, en dónde cada sonido promete dejar huella entre los asistentes. Esto es el regreso de Grenda, pero también el comienzo de una nueva era, en la que, por muy intimista que luzca el paisaje, todos son bienvenidos.
“Estoy muy contento, la verdad disfrutando el momento… ahorita me estoy imaginando más cosas de lo que podría venir de Grenda, siento que estoy motivado a producir cosas nuevas”.
Por Luis Omar González.
LINNE 
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